martes, 22 de abril de 2008

The Boss

Una de El Jefe, porque ya tocaba. Porque es una canción triste y hoy, no sé bien por qué, toca.

lunes, 21 de abril de 2008

Serial No. 3817131

La cifra 3.817.131 era el número de placa de Rachel Papo (Ohio, 1970) mientras sirvió, desde los 18 a los 20 años, en la Fuerza Aérea del Ejército de Israel. Papo estudió arte y fotografía en la Universidad de Haifa. Su estancia en la milicia inspiró el proyecto Serial No. 3817131 sobre mujeres soldado en el Tzahal. Aquí les dejo unas imágenes.
























Cry, baby

lunes, 7 de abril de 2008

La vuelta al mundo en una década






De González Catán a Tirso de Molina qué trajín, de España a la Argentina, qué meneo, qué vaiven qué ajetreo, qué mareo, qué ruina... Es parte de la canción Dieguitos y Mafaldas, de Joaquín Sabina, y también como Pablo, bonaerense de 41 años, describe el viaje que emprendió hace más de siete con Anna, una catalana de 36: la vuelta al mundo en una década.


La ruta
De Barcelona a Egipto pasando por Turquía. Luego Sudáfrica y de ahí a Latinoamérica, a Argentina. Ahora recorren Ecuador. Planean seguir subiendo hasta Alaska, navegar rumbo a Rusia y emprender desde ahí la vuelta a casa. Pero aún les quedan tres años de viaje hombro con hombro. 24 horas el uno al lado del otro, conduciendo la vieja furgoneta en la que están cumpliendo su sueño. 24 horas día tras día... Deben quererse muchísimo. "Al principio fue duro. Mucho. Tienes roces, peleas; pero no la posibilidad de dar un portazo. Ahora lo hablamos todo, hasta el problema más nimio. ¡Es la manera, che!", confiesa con desparpajo porteño.


Asalto en Itamaracá
El peor momento de la ruta nada tuvo que ver con enfados ni broncas de enamorados, sino con una noche cerrada, el filo de un machete en la garganta y un oportuno spray pimienta.
Sucedió en Isla Itamaracá (Brasil). Pablo revisaba los mapas y las cuentas del viaje junto a la puerta del copiloto del furgón. Anna descansaba en la parte trasera.
"De pronto noté algo afilado en la garganta. Un machete. Pensé que era ella gastándome una broma y dije 'ey, ¿qué hacés?'", relata Pablo.
Pero no era ella. Eran dos ladrones que intentaban hacerse con la ropa y los pocos reales que llevaban. "No sé cómo pero me abalancé sobre ellos con un spray pimienta. Les rocié la cara, a Pablo también... Los nervios y, tras un forcejeo, huyeron", explica Anna.


La Mitsu
La Mitsu es como llaman a la furgoneta Mitsubishi L300 del 91 en la que viajan. Pablo y Anna añadieron unos robustos parachoques y, hace algún tiempo, cambiaron el motor. De la mano de la Mitsu también conocieron, según Pablo, "al peor mecánico del mundo", en Diego de Almagro (Chile). "Desmontó el motor, el cigüeñal. Todo. Y lo hizo bien, sí; pero al montarlo de nuevo, había fugas por todas partes. Duró sólo 200 kilómetros y tardamos 70 días en poder arreglar el furgón", cuenta.


El barco de Pescanova
Todo viajero quiso ser alguna vez Lord Jim, el personaje de Joseph Conrad, y viajar a bordo de buques mercantes con nombres extraños, sin dinero en los bolsillos y con destino incierto. Ellos lo han logrado. "Estábamos en Ciudad del Cabo (Suráfrica), sin un dólar encima y queriendo cruzar el Atlántico hasta Argentina", cuenta Pablo. A través del Consulado Español averiguaron que un barco de Pescanova zarpaba en unos días.
Lograron contactar con Ángel Tordesillas, el responsable de la compañía en África y, ni cortos ni perezosos, le pidieron que su tripulación les hiciera un hueco. "No solemos hacer esto', nos dijo. 'Pero en tres días salimos. Saquen los permisos y yo me encargo del resto', añadió", explica Anna. Y después de 23 jornadas de travesía y de un sinfín de sempiternas partidas de cartas con los marineros del buque llegaron al puerto de destino.


¿Y al regreso?
Han pasado siete años y medio desde que salieron de Barcelona. En el inicio, sobrevivieron con un presupuesto ajustados de unos pocos de miles de euros. Luego vendieron batiks, postales y hasta un libro que han editado con sus historias. Siete años dan para mucho. "Fíjate si llevamos tiempo que al partir llevábamos la música en cintas y ahora en MP3", bromea Pablo.
¿Y al regreso? Ellos lo tienen claro. "Montaremos un albergue con un pareja amiga y nos turnaremos cada seis meses. Así podremos seguir viajando", dice orgullosa Anna.


Un sueño

Antes de su partida Pablo, era un publicista de éxito y Anna organizaba conciertos y eventos con una conocida promotora. "Pero llegué de un viaje por África y me pregunté '¿Qué he venido a hacer a esta vida?'", explica Pablo. "Hoy sólo hay tiempo para viajar al jubilarte".
Esta premisa le bastó para dejar su empleo y proponerle a Anna, su chica, el viaje. "Cometí el error de no traerle un recuerdo, así que tuve que decirle que viniese a dar la vuelta al mundo conmigo", bromea.
"La gente debería dar este paso adelante. Simplemente, hacer lo que uno quiere. No tiene por qué ser una vuelta al mundo. A lo mejor, lo que a ti te hace feliz es montar una tienda de discos. Pues si es eso, ¡móntala!", dice Anna.

jueves, 3 de abril de 2008

Clandestinos




Acabo de recibir esta nota de prensa del Ministerio del Interior acerca de la película Clandestinos, cuya imagen promocional más controvertida les muestro arriba.


La Guardia Civil no aprecia elementos ofensivos en la película Clandestinos


03 de abril de 2008.- Una vez visionada y analizado el contenido íntegro de la película Clandestinos por parte de los Servicios Jurídicos de la Guardia Civil, no se aprecia secuencia alguna, implícita o explícita, que pueda resultar ofensiva para la Institución. Por lo tanto, esta Dirección General no va a emprender ninguna acción legal contra la citada película.



Para que luego sigan diciendo que mis primos, los picoletos, son un cuerpo carca...

martes, 1 de abril de 2008

Diario de viaje. Agosto 2007

Conversación en el muelle marítimo de Riohacha:

-Ese man es un irresponsable, hombre. No es que trabaje mal; pero no es responsable para un trabajo estable.

-Cierto. Le dan la paga y ya no vuelve.

-No, no es eso, sino que se la bebe toda.

-Claro, y entonces ya no vuelve a trabajar.