martes, 24 de junio de 2008

Turistas sin escrúpulos




El barrio de Patpong, en Bangkok, es un lugar infame. Acoge algunos de los locales de moda de la capital tailandesa. Garitos donde poder tomar una cerveza mientras un grupo de jazz toca hasta el amanecer. Pero Patpong tiene también el dudoso privilegio de ser uno de los prostíbulos más famosos del mundo.

Tras la máscara de los clubs con música en vivo, van apareciendo pequeños tugurios rectangulares, mugrientos y oscuros; con una barra en el centro del local donde se exhiben grupos de niñas -o niños, en la zona homosexual con el único atuendo de una diminuta pieza de ropa interior y una chapa enganchada a ella con un número inscrito, el que el cliente debe susurrar al oído del camarero antes de pagar unos pocos dólares y subir a una habitación.
Alrededor de un millón de menores entre tres y 17 años caen en las redes de la prostitución infantil cada año, según los datos que maneja AFESIP, una de las ONG que lucha contra la explotación sexual en el sudeste de Asia.

Ciertos lugares del África subsahariana y Centroamérica son también otras zonas donde las mafias de trata de personas se mueven como pez en el agua. "Son países cuyas fronteras son endebles, permeables y sencillas de cruzar con un número elevado de menores", dice la responsable de Protección de los Derechos de los Niños de Save The Children (STCH), Pepa Horno.

Sin embargo, las redes de pederastía no son la única causa de la prostitución infantil. La pobreza extrema, la falta de educación, el desinterés y cierta permisividad de la sociedad por esta práctica, además de una cultura machista y patriarcal son otros desencadenantes que, según Unicef, pueden llevar a una familia a la prostitución convenida de sus hijos en las calles de Tailandia o Camboya. "Una vez han entrado en el mundo de la prostitución, los menores pueden llegar a estar sometidos a 20 relaciones sexuales diarias. En ocasiones, prácticamente una detrás de otra", explica la cooperante de STCH.

Las consecuencias son tanto psíquicas como somáticas. "Los menores se sienten como un objeto. Su capacidad emocional y afectiva se ve mermada a niveles ínfimos y tienen graves problemas a la hora de relacionarse", detalla Horno.


Enfermedades venéreas
En el aspecto físico, los menores abusados se desarrollan menos que el resto de adolescentes de su edad. Es decir, crecen menos. Además, los embarazos no deseados en niñas son frecuentes y las infecciones de enfermedades venéreas como el sida, una constante. "Los pederastas se acercan cada vez a víctimas más jóvenes. Piensan que así evitarán enfermedades de transmisión sexual; pero, en realidad, cuanto más pequeña es la víctima, más débil su sistema inmunológico y, por ello, más posibilidades tiene de haberse infectado por un abuso anterior", explica Isabelle Peris, secretaria de Acción Institucional de la Asociación Catalana por la Infancia Maltratada (ACIM).

La rehabilitación de los menores abusados es una tarea ardua y larga, y no siempre exitosa. "El 80 %de los chicos a los que acogemos termina de nuevo en las calles de Phnom Penh", reconoce Seila Samleang, el director de Protect, un proyecto respaldado por las ONG Global Humanitaria (GH) y Action Pour Les Enfants (APLE), para luchar contra la prostitución infantil en Phnom Penh, Sihanoukville y Siem Reap (Camboya).

Las razones del fracaso son varias. "En estos países, no hay redes sanitarias y sociales suficientemente fuertes para detectar y prevenir casos de explotación sexual infantil. Así que cuando los chicos llegan a las ONG, lo hacen porque las mafias consideran que ya no son útiles, que no son lo suficientemente jóvenes, y a esas alturas, los abusos han sido muchísimos, están muy metidos y son muy dependientes de ese mundo", dice Peris.

La inexistencia de tejido social y terapéutico hace que la recuperación de los menores deba hacerse mediante otros canales. "Toda esas herramientas que tendríamos aquí, un psicólogo, por ejemplo, se suplen con la escuela y la familia. Hay que recuperar al menor a través de estas instituciones. Del mismo modo que ocurre con los niños-soldado, deben regresar a su niñez. Lograr que puedan valerse por sí solos en un futuro. Aunque jamás, logren olvidar lo que han pasado" señala Pepa Horno.


PEDERASTAS OCASIONALES, EL NUEVO PERFIL
El pederasta es, según definen en la Asociación Catalana para la Infancia Maltratada (ACIM), una persona que sufre un "desorden de personalidad" que se traduce en una atracción hacia los niños y adolescentes. "En definitiva, buscan a alguien vulnerable, a alguien a quien puedan dominar", señala Isabelle Peris de la ACIM.

Sin embargo, el perfil del turista sexual no es ése, sino el del agresor ocasional o circunstancial. "Es decir, aquella persona que en su país de origen no concibe las relaciones sexuales con menores; pero que en ciertos lugares y bajo ideas absurdas como que las niñas aquí están más desarrolladas, si lo hacen no será tan malo o ésta es la única manera que tienen de ganarse la vida, las mantienen. La inseguridad o las gana de experiencias nuevas pueden llevarles a ello", asegura Isabelle Peris.

LA VENDEDORA DE LIBROS Y SU TELÉFONO MÓVIL
Sareth es una joven camboyana de 15 años cuya historia bien podría contarse en las páginas de los libros que vende por las tardes junto al paseo marítimo de Phnom Penh. "Por la mañana voy a la escuela y por la tarde vendo libros sobre la historia de Camboya, de piratas y guías turísticas", dice mientras recoge el canasto con los ejemplares y un teléfono móvil, y sale de casa a trabajar.

Con ese teléfono y varias prendas de ropa nueva llegó Sareth a su casa hace unos tres años. "Son regalos de un extranjero muy simpático", le dijo a su madre, quien, contrariada, obligó a su hija a llegar antes de las diez. Pero un día no llegó. Salieron a buscarla. Algunos de los vendedores les indicaron que Sareth se encontraba en casa del extranjero. Fueron allí y se toparon con la policía, que había sido alertada por trabajadores de Protect, que llevaban varios meses vigilando a John M. Koklich, de EE UU.

Sareth declararía después que había tenido sexo con el hombre en varias ocasiones. Actualmente, Koklich cumple cinco años de condena en su país.


LOS CAMALEONES DE LAS CALLES DE PHNOM PENH
La virginidad en mi país es un bien muy preciado", dice Seila Samleang, el director del proyecto Protect, que investiga y persigue casos de pederastía en Phnom Penh (Camboya). "Así que es fácil negociar con los proxenetas y, a veces, hasta con las propias familias el precio de la virginidad de un menor", añade.

Protect cuenta con 29 investigadores que trabajan a pie de calle. Auténticos camaleones. Haciéndose pasar por vendedores de artesanía, limpiabotas, profesores de inglés o guías turísticos patrullan las calles del centro de Phnom Penh en busca de posibles pederastas.
Observan de lejos a sospechosos y les siguen, a pie o en motocicleta, cuando es preciso. Si éstos mantienen algún contacto fuera de lo común con menores, registran las imágenes en cámaras digitales y las adjuntan a los elaborados reportes que envían a la policía camboyana.

No es una tarea sencilla. La legislación exige pruebas muy explícitas y concluyentes, hasta tal punto que los agentes policiales deben irrumpir en las habitaciones de los hoteles donde se alojan los pederastas para sorprenderlos cometiendo los abusos. "A menudo piden a nuestros investigadores que entren con ellos para que hagan las veces de intérprete. Las escenas son dantescas", arguye Seilang.

Protect se inició en 2003. Desde entonces, se han abierto más de 130 expedientes de investigación. A partir de estos informes, se han arrestado a 63 presuntos pederastas; pero sólo se han emitido 26 condenas por abusos sexuales en Camboya y cinco en EE UU. "Se debe, en parte, a la corrupción de mi país y a que antes la ley camboyana era muy confusa en lo referente a la pederastia. Afortunadamente, desde que empezamos a trabajar ya hay unidades especiales para combatir este delito y la legislación ha cambiado para favorecer la lucha contra este fenómeno", dice el director de Protect.

Legislación internacional
Otro paso adelante es el compromiso adoptado por 32 países, entre ellos España, con las leyes internacionales extraterritoriales que les permiten procesar a sus ciudadanos por crímenes contra la infancia cometidos en cualquier lugar fuera de sus fronteras.

"Pero no basta con estas leyes. Hay que trabajar desde los lugares donde surge la demanda de este tipo de prostitución, es decir, Occidente", dice Pepa Horno de STCH. "Tailandia también ha suscrito estas leyes y las mafias cambiaron su ruta hacia el país vecino, Laos, que vio como la prostitución infantil aumentaba considerablemente a la vez que iba desapareciendo en Tailandia", continúa.

En este sentido, el responsable de Protect aboga por la creación de un registro de los pederastas que hayan cumplido condena. "De esa forma, se les podría prohibir la entrada a países donde se dé la explotación sexual infantil", dice Samleang.

miércoles, 18 de junio de 2008

Vidas minadas



Discurso del fotoperiodista Gervasio Sánchez durante la entrega de los premios Ortega y Gasset, el pasado 7 de mayo. En la ceremonia estaban presentes la vicepresidenta del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del Senado, Javier Rojo; varios ministros del actual Ejecutivo y ex ministros del Partido Popular.


Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias

martes, 17 de junio de 2008

Abuelos republicanos

Acudo casi a diario a un complejo deportivo que hay junto a mi casa. Suelo ir temprano, de esa manera encuentro carriles libres en la piscina, por un lado, y, por otro, evito cruzarme con alguien que no sean los entrañables abueletes que van a nadar allí cada mañana.

Sucedió el otro día. Entré en el vestuario y los vi allí, los dos en bañador, con sendos gorros ajustados aún a la cabeza y secándose el rostro con sus toallas. Conversaban animados en una de las banquetas del vestidor. Pasé a su lado y logré escuchar que uno decía "visca la República" (viva la República), así que no pude evitar colocarme cerca de ellos y agudizar el oído.
Descubrí sus edades, 91 y 94 años. Uno de ellos, encarcelado durante la Guerra Civil y el otro a punto estuvo de acabar en Mauthausen. Logró escapar; pero me fue imposible escuchar cómo.
Antes de salir del vestuario oí que el que cumplió condena le decía a su viejo amigo: "i quan va arribar la democràcia em van donar un mil·lió vuitcentes mil peles, tu!" ("y cuando llegó la democracia, me dieron un millón ochocientas mil pesetas"). El otro esbozó media sonrisa y exclamó: "doncs a mi, a mi em van donar pel sac" (pues a mi, a mi me dieron por saco).

Y sonreí, por no llorar.

lunes, 9 de junio de 2008

Más París (también por alusiones)





La Plaza de la Vendôme. La columna es orden de Napoleón Bonaparte. Quiso, de esa manera, celebrar su victoria en la batalla de Austerlitz. Napoleón mandó fundir los 1.200 cañones de plomo capturados a los ejércitos de Rusia y Austria en la contienda. El relieve de la columna representa a las tropas francesas y narra parte de la batalla. La columna, inspirada en la de Trajano, tiene una altura de 44 metros y está coronada con una imagen del general que recuerda a las esculturas de Julio César.


The unknown soldier.






Le Petit Cabrón.



domingo, 8 de junio de 2008

La tumba de Jim


Por alusiones.
Ahí tienes, chaval, las fotografías de la tumba de Jim Morrison en el cementerio de Père Lachaise que me pediste por teléfono. Y ya ves, poquilla cosa, ¿no?. Desde los catorce, cuando escuché por primera vez Riders on the storm, imaginando algo solemne. Mármol, muchas velas, pintadas y escritos con algo más de enjundia que los garabatos de ahí arriba. Con gente fumando canutos, melenas y muy buen rollito, o algo así. Pero claro, tío, eso es París, Francia -un lugar civilizado- y no Woodstock. Así que es lo que hay. Una lápida al uso, de infantería, sin grandes ornamentos, salvo cuatro flores secas y velas baratas a medio apagar. Casi triste. O sin el casi.
Sí, decepciona. Como también la de Delacroix y el resto de lápidas eternas. Pero ahí está y, dicen, que es de los lugares más visitados de París. La valla está por algo. También me cuentan que a primera y última hora del día ronda por la tumba de James Douglas Morrison un guardia de seguridad. La dirección tomó la decisión harta de que parejas de jóvenes, y no tan jóvenes, tuvieran sexo sobre la lápida, hasta las cejas de whisky y LSD. Y es que el viejo Jim sentó cátedra. (Amy Winehouse, esa petarda de voz de oro, no ha inventado nada.)

jueves, 5 de junio de 2008

Ahí queda...


Barcelona - Ankara - Kabul - Islamabad - Nueva Dheli - Katmandu - Shanghai - Kuala Lumpur - Canberra - Nuku 'alofa - Ushuaia - Salvador - La Paz -Lima -Guayaquil - Medellín -Ciudad de Panamá - San Salvador - La Habana - México D. F. - New Orleans.

miércoles, 4 de junio de 2008

Pesadilla

Entonces, ¿cómo podemos saber que esto no es un sueño? —decía Lucía mientras le acariciaba la mano moteada por el paso de los años. Él la apartó lentamente y con semblante serio. ¿Cómo?, le dijo a ella. ¿Cómo?, volvió a repetir sorprendido, como cayendo en cuenta de lo que de verdad le estaba preguntando.

Porque sigues usando esas babuchas viejas y gastadas y ese pantalón de chándal descolorido y raído para estar por casa, por tu enorme trasero creciente y porque aún crees que la histriónica de tu hermana me sigue haciendo la misma gracia de cuando éramos novios. Por eso y porque treinta años contigo, querida, no son un sueño, son una pesadilla...