miércoles, 15 de diciembre de 2010

Soñando con que me iban a matar

Llegaron pasadas las once de la noche pateando las puertas y sacando a los hombres afuera. Cortaron la energía de la planta y todo quedó a oscuras. Luego, a los que no mataron, los desaparecieron. Continuaron. Entraron a la habitación donde yo estaba, cuenta. Llevaban pasamontañas así que no les vio la cara. Salté al centro de la cama, allí estaban mis pequeños. Me preguntaron por mi esposo y por un tal John Jairo. Pero mi esposo estaba fuera y yo de verdad que no sabía quién era ese John Jairo.

La sacaron de la cama a golpes. La empujaron y la zarandearon. Uno de ellos enredó su puño en la larga cabellera negra azabache de ella y la aprisionó contra la pared. Le rasgaron la ropa con las bayonetas de sus armas. Yo les decía que por favor no me hicieran daño. Colabore y las cosas serán más sencillas, decían los otros. Aprovechó un descuido, se zafó y salió corriendo de la casa, pero todo seguía a oscuras. En el patio choqué con alguien, me pusieron la zancadilla y caí, cuenta. A partir de ahí todo fue rápido. Uno de los hombres de pie sobre sus brazos, sujetándola. Y otro sobre ella, aún aturdida por el golpe, violándola. Mira lo que te estás perdiendo, marrano, decía el tipo a otro que miraba. También éste la violó. Que sepas que tengo el sida, le escupió cuando terminó.

Mientras todo ocurría yo les rogaba que por favor me mataran; pero lo único que hacían era reírse. Reírse muchísimo. Esa noche infame violaron a otras tantas mujeres. A una le marcaron el cuerpo a base de cuchilladas, otra de avanzada edad quedó en estado de conmoción tal que ya no saldrá jamás… Y mataron a muchos hombres. Por colaboradores, dijeron. Me dolía todo el cuerpo; pero ahí mismo salimos del pueblo. Nos fuimos, nos fuimos lejos y los muertos se quedaron allí velándose solos.

Al tiempo, casi un año, se armó de valor y descubrió que en realidad no estaba contagiada. Fue una sorpresa, dice, como quiera que sea eso. Les cuento porque me ayuda, porque ahorita es cuando estoy saliendo; pero que sepan yo estuve mucho, mucho tiempo soñando con que me iban a matar.