lunes, 29 de junio de 2009

Las chicas de las Ramblas

Imaginen la escena. Domingo tres de la madrugada, Ramblas a la altura de la Plaza Real, Barcelona. Cuatro prostitutas subsaharianas esbeltas y feas rodean a un turista joven. Por su acento y su borrachera, juraría que inglés. Camiseta del Manchester United, pantalón beige de algodón por encima de las rodillas, pantorrillas rojizas y chanclas. Total guiri, my dear.

Las chicas lo rodeaban, como digo, haciendo aspavientos, riendo a carcajadas alguna y las otras gritándole al oído cosas tipo dadycamtumi tumeiklaf, o así. Los gestos de las cuatro meretrices y sus gritos no hacían más que aturdir a llamémosle William, que no sabía ya si agarrar el pecho de una, las nalgas de otra o todo a la vez, que la noche es joven y en Barcelona barata.

Finalmente, logró abarcar con sendos brazos las cinturas de las dos muchachas menos feas y empezó a subir las Ramblas con media sonrisa entre estúpida y orgullosa en el rostro. "Ahí va Will", me dije. "Todo un conquistador". Y me quedé pensando que esa misma escena podría haberla visto en el barrio de Pat Pong, en Bangkok, en el L.A. Café de Manila o en el club Paddy's de Freetown, Sierra Leona.

La prensa local lleva meses alertando del aumento de prostitutas africanas en las Ramblas. A mi que la prostitución lo único que me parece (redes de trata de blancas aparte) es un trabajo duro y, a menudo, mal pagado, me importó más bien poco la alerta de los rotativos y las televisiones catalanes. Pero sí, es cierto, la otra noche lo corroboré, ha aumentado sobremanera. Y eso a muchos vecinos del Raval les molesta. Aunque quizá lo que debería molestarnos y hacer que nos revolviéramos incómodos en nuestros asientos son los motivos que traen a estas chicas a ejercer la prostitución en nuestras ciudades. Pero claro, eso sería mirar más allá de nuestro propio ombligo y, queridos, estamos en España.

¡Como si todas esas chicas se murieran por hacerle una mamada al borracho de Willy!.

Sólo un apunte sobre Irán




El país no ha salido a la calle. Sólo lo ha hecho la clase media y alta. Universitarios, personas con cultura, conocedores de la historia y con información más allá de las fronteras persas. Personalmente, me parece un gran paso adelante. Pero lamentablemente, no suponen la mayoría del país.

La mayoría de la población iraní, el 90% si no recuerdo mal, se halla en el ámbito rural. Y es ahí donde Ahmadineyad encuentra su voto. Lamentablemente, este tirano hubiera ganado las elecciones sin fraude. Debemos ser conscientes de ello. Aunque también, que ese pucherazo electoral responde al miedo por parte de la clase dirigente a una nueva revolución en Irán. "Si les aplastamos en las urnas", debieron pensar, "jamás se les ocurrirá salir a la calle". Pero se equivocaron.