jueves, 18 de enero de 2007

Viejos

Las encontré anoché, entre los canales infames de la televisión de este país, vestidas de corto, orgullosas, con la equipación del equipo de fútbol sala en el que juegan. Ellas dos, unos sesenta y cinco, y el presentador, un gracioso profesional, sentados frente a frente en un plató de cartón piedra y con un centenar de personas como público.

Confieso que no les presté demasiada atención. La gilipollez en esos programas es ya endémica. No obstante, descifré que se trataba de un grupo de ancianas residentes de un pequeño pueblo, no pregunten cual. Que las entrenaba un joven -entró en escena más tarde- que "quita el sentío", exclamó una de ellas. Deducí en ese momento que el pueblo era andaluz.

Durante la entrevista, el realizador pasaba imágenes del entrenamiento. El joven, también un profesional; pero esta vez de tácticas futboleras, más que futbolísticas, aparecía en ellas realizando un gran esfuerzo para que las ancianas lograrán dar pie con bola. Misión imposible. Niet. No obstante, habían jugado dos partidos y los dos ganados. "Dos de dos, vaya, ustedes pueden ganar al Real Madrid" (Risas).

Pero eso no es todo. El conductor del espectáculo despedía ya el programa cuando la más jocosa, metiéndose en cuadro, dijo: "lo que pasa es que a mi lo que me gusta es cantar por Lola Flores". Ahí es na'. "Bueno, aquí tenemos orquesta", dijo el presentador. Lo demás lo pueden imaginar. Me quedé allí, frente al televisor. Quietísimo. Con la boca abierta y el tenedor con un pedazo de pescado pinchado justo en frente. Con cara de gilipollas.

La palabra viejo me gusta. Hoy es imposible llamar a un anciano viejo. (Y a un negro negro y a un chino chino y no oriental, ¿Que tendrá que ver un Pakistaní con un fulano de Pekín?, exceptuando la "k", claro.) Relaciono viejo con antiguo, con historia, con vida, recuerdos y sabiduría. A mi lo viejo, me impone respeto, que quieren que les diga.

Me patea el hígado esa estúpida actitud que muchos viejos tienen aquí. La de que hay que hacer el gilipollas porque aún nos sentimos jóvenes. ¿Y que hay de malo en saberse y sentirse viejo? Puede uno saberse y sentirse mayor y albergar tantas ganas de seguir descubriendo y aprendiendo como un muchacho de veinte. Cuando recurro a mis mayores, en busca de consejo o de un chorro de luz en algún percance, lo que quiero encontrarme es eso: a mis mayores, a mis abuelos, a mis padres. No a un payaso vestido del Betis.

2 comentarios:

Javier Monreal Malpesa dijo...

Totalmentre de acuerdo. Entré en un blog del que tuve noticia leyendo el periódico La Razón. Un blog escrito por una señora de 95 años. Un regalo de su nieto, precisamente, por su 95 aniversario.

El blog es http://amis95.blogspot.com/

Me decepcionó, y se lo hice saber comentándole un post sobre Zapatero y Rajoy. Ella defiende a Zapatero, que si "sigue luchando", que "todos queremos la paz", que "todos te apoyamos" y tal.

Se lo reproché de una forma totalmente respetuosa, porque yo también siento un profundo respeto por el viejo o, en este caso, la vieja.

Con 95 años me esperaba algo más. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Soy publicitario y me toca vender en este mundo.

Saludos!

ARi dijo...

Jaajajajajaa!!! Pues, siento decirte que a mi me encantó el programa este del que hablas (también debo decir que siento un gran respeto por los profesionales que trabajan en él) y voy a guardar el nombre del programa, porque aunque todo el mundo sabemos de quien hablas, no lo has puesto y se respeta!

Me encantaron esas abuelas y te voy a decir porqué, aunque en realidad puedas pensar si realmente es necesario. Me encantó ver como unas abuelas de 80 y 70 años (aproximadamente) no pierden la ilusión y se sienten jóvenes. Pues adelante, ¿no?. En un futuro, no me gustaría ser una vieja con falda negra y blusa ancha que camine ramblas para arriba y para abajo contando todas sus batallitas. Recordar el tiempo que viviste es bonito y necesario pero sólo te liga al pasado ¿no se acepta el futuro sólo porque tengas 90 años? ¿Qué tiene de malo saber disfrutar de los pequeños placeres? O, por el contrario: ¿qué tiene de malo demostrar que hacer "gilipolleces" es la experiencia de saber que la desinhibición es algo que se aprende con los años? O aún más: ¿Por ser viejo tienes que comportarte como los que hemos visto toda nuestra puta vida? Que sí que es interesante saber en primera persona lo que sucedió en el pasado, pero si ahora me gusta hacer deporte y el fútbol: ¿por qué no me puede gustar cuando tenga su edad?

En fin, no estoy de acuerdo con tu texto. No hay nada mejor que un viejo que se siente joven y se adapta a los tiempos que corren. No soporto a los viejos que me miran y critican en el metro cuando me lío un cigarro, cuando llevo pantalones arrastrando por el suelo, etc. cuando se piensan que por haber vivido otros tiempos siempre van a ser mejores sus decisiones pasadas e intentan imponerte sus criterios (¡sin conocerlos!). No soporto a los viejos que se cuelan en la panadería porque no tienen nada mejor que hacer y sobretodo no aguanto a los que intentan inculcarte una moral que no aceptas como tuya. Prefiero dos abuelas que se han dedicado toda su puñetera vida a fregar suelos, que saben más de la vida de lo que sabemos nosotros, pero que no van diciendo por ahí que deberíamos hacer las cosas de tal o cual manera. Me gusta ver a dos viejecitas vestidas de su equitación de fútbol sala y que una de ellas, aprovechando su momento televisivo, se arranque a cantar Lola Flores, aunque cante mal y no me sienta identificada con su música. Al fin y al cabo, la vida suele ser bastante ridícula y no hay nada como tomárselo con salero pixa!

Besos,

Araceli