martes, 24 de abril de 2007

A deshora

Llego tarde y a deshora, como casi siempre. No obstante, hoy quisiera enviar un saludo, el día después del Día del Libro.

Un saludo a todos aquellos que embarcaron hace años en La Española en busca del tesoro, mucho antes de enrolarse en el Pequod en busca de la Ballena, con mayúscula. Aquellos que se enamoraron de Lo y enloquecieron, tiempo después, con Amaranta. Y hablando de Lo, también a los pedófilos que murieron en Venecia. Y a "nuestro hombre" en Costaguana. A aquellos a los que exasperó Oliveira y sintieron compasión, una y mil veces, por la denostada Maga. A los que ofrecen instrucciones para subir un escalón y besar.

A los que pelearon por tomar Ilión y a los que resistieron, primero, y murieron, después, en una chabola de Casas Viejas. A Edmundo Dantés. También a los que saben que el comportamiento de un cadáver en el agua es imprevisible y a los que con todo esto encienden la chimenea cada noche al llegar a casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo importante es llegar y decir lo que haya que decir.