miércoles, 4 de junio de 2008

Pesadilla

Entonces, ¿cómo podemos saber que esto no es un sueño? —decía Lucía mientras le acariciaba la mano moteada por el paso de los años. Él la apartó lentamente y con semblante serio. ¿Cómo?, le dijo a ella. ¿Cómo?, volvió a repetir sorprendido, como cayendo en cuenta de lo que de verdad le estaba preguntando.

Porque sigues usando esas babuchas viejas y gastadas y ese pantalón de chándal descolorido y raído para estar por casa, por tu enorme trasero creciente y porque aún crees que la histriónica de tu hermana me sigue haciendo la misma gracia de cuando éramos novios. Por eso y porque treinta años contigo, querida, no son un sueño, son una pesadilla...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Posiblemente Lucía contestaría que su barriguita cervecera es ahora un tonel, que sus hoyuelos quedan escondidos por las arrugas y que de aquella sonrisa que encandilaba a todas las niñas de barrio no quedan ni los dientes...

Eso, o le daría un bofetón...

Daza

Anónimo dijo...

O le diría: "pero es que todo eso, a tu amigo Marcos, no le importa, estúpido".

No obstante, el bofetón me parece una`opción acertadísima.

Un abrazo

Ivan