Crónicas, historias, relatos y fotografías de un periodista con oficio pero con apenas beneficio.

martes, 23 de diciembre de 2008
Cambios
Acabo de ponerle punto y final (algo obligado, pa' que les digo que no, si sí) a los dos mejores años de mi corta, cortísima, carrera profesional. Ha sido en prensa y de algún modo quisiera dejar constancia aquí de ello. Aunque sea a modo de resumen telegráfico de esos poco más de 24 meses dándole a la tecla. Ahí va:
Los héroes del Francisco y Catalina. Trabajar algún que otro ministerio en Madrid. Continuar aprendiendo a no dejar flecos en la edición... gracias que teníamos (tienen) a Lladó. Más y más aprendizaje de hacer periodismo. Mis rubias o los Ángeles (de Papito). Viena. Jane Goodall. Reportajes a doble y con fotografías de niños soldado en Sierra Leona o de hambrientos en Burkina Faso. Olga (mi amiga Olgui) o la mejor agente laboral que hubo jamás. Domingos de resaca... gracias Agencia Efe!. Esquivel. Cayuquismo, muertas y el niño helado... qué alegría de sección. ONG. Inmersión (profesional, ojo, y muy satisfactoria) en Proyecto Hombre. La eterna responsabilidad (también satisfactoria, a la larga) de abrir hoy sí y mañana también el diario. Irene Khan. Sobreponerse al contagioso hastío. Unos curran y otros se llevan las palmaditas, pero esos unos siguen currando, porque sí, porque toca, coño. Menos páginas, más tiempo y más temas que nunca salen; pero la tecla sigue. Mayor Zaragoza. La realidad llama a la puerta: siguen reduciéndose páginas, se acaban los viajes a Madrid y algunos escritos (gracias a dios) de algún colaborador. Hola, soy rumano. Vicente Ferrer. Tensión, angustia, un cheque y un adiós. Drama para algunos, cambios y nuevos retos para otros. Un gran recuerdo, ganas de repetir y la nueva maratón de Intermón Oxfam, para mí. Muchachos, fue un gusto.
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