Uno de los Objetivos del Milenio para 2015 que promueve la Organización de Naciones Unidas (ONU) es el de investigar en nuevos fármacos para combatir el sida. El 60% de los afectados por esta enfermedad son africanos, concretamente de África subsahariana. A pesar de que esta parte del contiennte represente tan sólo el 10% de la población mundial. Ahora bien, ¿alguien puede explicarme cómo se logra eso cuando la Organización Mundial de Comercio (OMC) acaba de dotar de nuevas "herramientas" a las farmacéuticas para que blinden las patentes de los medicamentos de segunda generación para paliar sida?
Las ONG han logrado, a partir de los fármacos genéricos (fabricados en su mayoría en Brasil e India), reducir el coste de los tratamientos antirretrovirales en África hasta el punto de que es posible pagarlo a quien lo necesite. De 10.000 euros por persona y año en 2000, a 130 euros, actualmente. El caso es que el virus, al cabo del tiempo, crea defensas ante estos fármacos y son necesarias nuevas fórmulas y nuevos medicamentos para seguir frenándolo. Pues bien, son las patentes de estos nuevos medicamentos las que se han blindado. No hay genéricos. En África, el que no haya genéricos, significa que tampoco hay tratamiento. Un bonito cuento de Navidad.
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