miércoles, 20 de junio de 2007

El primo Mercé


Anoche fui a ver a Mercé, José. Cantaor. No tengo ni idea de flamenco; pero fui a su concierto en el Palau de la Música Catalana. Esa joya de la que nos jactamos y de la que presumimos hasta la insolencia los barceloneses. Al menos, yo lo hago (prefiero presumir de eso que del Sónar o de que somos la capital del diseño... disculpen, que me da la risa).

Como les digo, nada sé de flamenco. Soy incapaz de distinguir entre unas seguidillas y unas alegrías, desconozco la urdimbre de un fandango o cómo se acompaña con las palmas unas bulerías. No obstante, fue un placer verlo cantar, palmear y hasta arrancarse en un zapateao.
No entiendo; pero me gusta esa voz de aguardentero que posee. No entiendo; pero le seguía, de vez en cuando, con los pies, el ritmo al cajón o me erguía en mi asiento con la guitarra. En tramos del concierto me venía a la cabeza, no sé por qué -o sí-, el Albaicín de Granada o las casetas gitanas de las ferias que tan bien he conocido en Extremadura. No entiendo; pero hubo temas que me recordaron, en parte, de donde viene mi familia y en el último -Al alba-, se me erizó inevitablemente la piel. Pero, a lo mejor, entender el flamenco también se trata de eso.

Siempre es un gusto ver actuar a tipos como Mercé en esa sala. Un palmeo canalla en la solemnidad del Palau no tiene precio. Luego está el público, mucho tatuaje y cordones de oro. Mercé, sofocado por los cañones de luz, se da aire en la silla con las solapas de la chaqueta negra. Las coloca de nuevo sobre su pecho y, con el dorso de sus manos, libera su cabellera cana del cuello de la prenda mientras echa para atrás su cabeza y resopla. Entonces, con el Palau en silencio y a la espera de un fandango, se oye una voz de carraca vieja que dice: Jozé, ni en Chipiona ha tenío tú tanta caló. Que digo yo, que olé.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ivnasito que buen concierto, senti exactamente lo mismo, no se mucho de flamenco pero si que lop siento

Anónimo dijo...

que envidia! la proxima faralae avisa que vamos todos