Gabriel García Márquez, Gabo. El maestro.
Leí Cien años de soledad hace ya unos cuantos años. Entonces, con apenas diecinueve o veinte, pensé que ese tipo era el mejor prosista del mundo, que nadie contaba las cosas como él y, sobre todo, que absolutamente nadie era capaz de inventarse un país como Macondo o una estirpe como los Buendía. Desde entonces, me turba como el primer día escuchar el nombre de Amaranta. Más tarde, con veintiséis, en mi segundo viaje a Colombia, confirmé las sospechas del primero, con veinticinco.
Recorría la costa caribe de ese país acompañado de mi Amaranta de carne y hueso y con El amor en los tiempos del cólera bajo el brazo. Lo prefiero al otro. Descubrí entonces que Gabo no era tan bueno como pensaba; aunque seguía siendo el mejor, ¡qué carajo!. Descubrí que Macondo podría ser perfectamente Aracatama o Riohacha y que estirpes tan absurdas como geniales como los Buendía son las que abundan en esos pueblos costeños.
El realismo mágico de Márquez se nutre a partes casi iguales de su genialidad como escritor e inventor de universos paralelos y de las historias que sirve en bandeja el lugar más maravilloso y bello del mundo: Colombia. Lo que deje de ocurrir allí, les aseguro que no puede pasar en otro lugar.
4 comentarios:
Y es que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra...
Ahhhhhh que he visto que cierta persona da una conferencia la semana que viene en calidad de profesioná del ADN. Pues tendremos que ir a verlo, no?
Un beso!
ARi
A García Márquez se le ha comparado a veces, acertadamente, con la narrativa de Arundhati Roy en "El diós de las pequeñas cosas" (premio booker 1997), porque literariamente está considerado realismo mágico, ambientado en la India. ¿Lo has leído?
Preciooooso. Muy recomendable.
Volveré a coger el hilo de Cien Años... porque hace unos años cometí el error (por lo visto) de dejar su lectura a medias.
solamente la presento... pero allí estaremos, sí, de nuevo en la facultad.
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