Llevamos dos días en Goma. Mañana les explicaré cómo es Goma, la capital de Kivu Norte, al noroeste de la RD del Congo, pues hoy no hay tiempo, la conexión va a caer de inmediato. Así que sólo este peculiar episodio, dado que es fin de semana y hasta el lunes no empezamos a trabajar.
Imaginen la escena. Pub Soleil en la avenida principal de Goma. Antro de madera, caña y bambú. Mucho humo, traqueteo musical, una gran pantalla con un partido del Arsenal y un número demasiado elevado de fulanos con cara de pocos amigos. Entramos Guillem, el firmante y nuestro intérprete de swahili y linga. El tipo curtido y bragado, pues se ha comido los últimos años más complicados del conflicto congoleño. También bajito y barrigón. Entra seguro en la sala, con la cabeza alta y paso firme. Saluda a una currante de la noche y agarra por la cintura a otra a quien le ordena que nos tome nota.
Ella tarda. Nos atrincheramos en una mesa alta y ponemos a salvo nuestros equipos. Me da tiempo a dar un segundo vistazo rápido alrededor, ya saben, para saber por donde van a venir las sillas y las mesas si la noche se calienta. Billar americano con tres tipos como tres armarios roperos, dos prostitutas menores de veinte apurando sendos zumos, al final de la barra un fulano con aspecto de negociar con minerales para nuevas tecnologías y junto a nosotros un tipo de casi dos metros, flaco, con un sombrero de piel marrón, bufanda de lana (lo juro) roja al cuello y unos grandes lentes de pasta.
- Se parece a Nkunda, le digo a Guillem. Y reímos sin que nadie se percate.
El ambiente es tenso. Los tipos nos miran. Somos los dos únicos blancos y Guillem, el cabrón, lleva cola hasta media espalda. Así que pedimos la bebida mirando a la camarera fijamente, sin pestañear cuando se acercan las meretrices. Como muy duros, ya saben, a lo John Wayne... que tiene narices ir de John Wayne en el Congo.
-Una cerveza Primus para mi, digo.
-Sólo tenemos grandes, me dice la tipa. De casi un litro, añade.
-Esa es la quiero, le contesto como si me bebiera cada mañana una para almorzar.
Guillem pide lo suyo y nuestro intérprete, sin dejar de consultar su agenda electrónica, le dice a la pájara: "yo tomaré un vaso de leche, de los grandes... y que no esté demasiado fría, por favor".
Bienvenidos a Congo.
1 comentario:
Que chungo eres ;)
Publicar un comentario