jueves, 27 de agosto de 2009

Ivancho en el Congo (V): Florence

Florence es menuda, casi frágil. Se sienta delante de mí y apenas me mira cuando lo hace. Agacha la cabeza y se arregla el pañuelo largo, de gasa verde, que lleva cubriéndole la cabeza. Asiente con ella a las palabras en swahili que casi le susurra al oído el traductor mientras busca a ciegas una de las puntas del pañuelo para hacerle un nudo.

Me llamo Florence. Florence Simpeze y tengo catorce años, añade antes de quedarse con la mirada fija en el suelo.

Florence vivía en Rutshuru. Aquella noche cenaba en su casa acompañada de su padre, su tía y su abuelo. Escucharon un golpe. Al volverse sólo les dio tiempo de ver la puerta abierta y a dos hombres uniformados entrando en la casa. Luego todo fue muy rápido.

Mataron a mi padre. Empezaron a golpear a mi abuelo… le partieron un brazo -cuenta Florence mientras aprieta nerviosa el nudo de su pañuelo. Luego me violaron. Me violaron delante de mi abuelo y del cadáver de mi padre. Aquellos dos hombres me violaron mientras el resto de la milicia atacaba mi pueblo y sólo se fueron cuando mi tía empezó a gritarles. Histérica. Llorando. Florence tenía once años cuando eso ocurrió.

Ella no sabe si fueron los hombres de Laurent Nkunda, la guerrilla tutsi del CNDP (Congreso Nacional de Defensa del Pueblo), cuyos hombres forman parte hoy del ejército congoleño, o miembros de las fuerzas armadas del Congo. O tal vez también pudieron milicianos del FDLR (Frente Democrático para la Liberación de Ruanda), grupo rebelde formado por los hutus que orquestaron el genocidio ruandés del 94. Poco importa ya.

La menuda Florence tampoco sabe que la organización Human Right Watch (HRW) (piedra en el zapato para mandatarios como Uribe, Chávez y el propio Kabila) señaló a la República Democrática del Congo como “el lugar más peligroso del mundo para las mujeres y los niños”. Precisamente por la violencia sexual. Y es que, según la misma entidad, durante los últimos seis años, 40.000 mujeres han sido violadas en Congo o lo que es lo mismo: 27cada día.

Florence también desconoce que la práctica totalidad de agresores queda impune. Libre. Bien por falta de jueces (están modificando el sistema judicial en este momento y no hay magistrados que se puedan hacer cargo de los detenidos), bien porque la justicia militar es débil y corrupta. Aún no se ha encarcelado a ningún mando militar por violación. Nada de eso sabe Florence y me temo que le importa relativamente poco.

Quiero aprender a coser. Así podré ganar algo de dinero y ayudar a mi tía y a mi abuelo. Eso es lo único que me preocupa. Eso y que la gente deje de señalarme y de reírse de mí. Lo hacen porque me han violado… y yo tengo que quedarme callada… ¿Qué más puedo hacer?

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